viernes, 1 de agosto de 2014

PREOCUPA AUMENTO EN LA INFORMALIDAD



En los últimos años, la informalidad en Costa Rica se ha venido incrementando. Dentro de los trabajadores informales están: a) los asalariados que no cuentan con seguro por trabajo, b) los independientes que laboran en empresas no constituidas en sociedad (informales) y c) los auxiliares no remunerados.

Según datos de la Encuesta Continua de Empleo (ECE) del Instituto Nacional de Estadística y Censos (INEC), en el primer trimestre del 2014, del total de ocupados mayores de 15 años, 808.889 se catalogaron como informales (38.5%), mientras que tres años atrás eran 650.077 (36%).

Al desagregar la información por zona, se observa que -en el primer trimestre 2014- en la urbana la tasa de informalidad rondó el 35%, mientras que en la rural alcanzó el 47% y; por sexo, entre las mujeres fue mucho mayor que entre los hombres, 43% y 36%, respectivamente.

Esta situación es importante de analizar, no solo por el tema de la calidad del empleo, sino también, por los efectos sobre las finanzas públicas y la sostenibilidad de la seguridad social en el país.

En cuanto a la calidad del empleo, un incremento en la informalidad preocupa ya que gran parte de estos trabajadores obtienen muy bajos o casi nulos niveles de ingresos y, además, no cuentan con garantías sociales como seguro de salud (para sí mismo, cónyuge e hijos), pensión, aguinaldo, vacaciones, incapacidades, pago de horas extra, entre otras. Esta situación contribuye, por tanto, a una mayor desigualdad entre la población y a mayores niveles de pobreza.

Respecto a las finanzas públicas, la informalidad favorece la evasión de impuestos, lo que a su vez implica una menor recaudación.

En relación con la seguridad social, un crecimiento más acelerado de la población respecto a los trabajadores cotizantes, se traduce en ingresos insuficientes para hacer frente a la demanda de servicios y; aunado a ello, la modificación de la estructura poblacional, donde cada vez hay más población adulta mayor, implica también mayores costos de atención a los usuarios.

En definitiva, dado este panorama y la situación del empleo en general, resulta urgente el diseño e implementación de una “política de empleo”, donde no solo se busquen objetivos de cantidad, sino también de calidad; siendo la reducción de la informalidad un pilar fundamental. Adicionalmente, la C.C.S.S debe implementar medidas para lograr su sostenibilidad financiera en el corto, mediano y largo plazo, teniendo en consideración lo señalado en el párrafo anterior.

M.Sc. Roxana Morales Ramos
Coordinadora,
Observatorio de la Coyuntura Económica y Social
Escuela de Economía, UNA

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