sábado, 1 de noviembre de 2014

Empoderamiento vs. asistencialismo

El asistencialismo es entendido como una actitud política orientada a resolver problemas sociales a partir de la asistencia externa sin generar soluciones estructurales; además podría concebirse como el opuesto de empoderamiento. 


Mientras este último se relaciona con dar poder y capacidad de transformación a los sujetos con respecto a su entorno, el asistencialismo se limita a abastecer las necesidades básicas sin ejercer un mayor cambio sobre la realidad, lo que llega a generar cierta dependencia entre las “ayudas” y los “asistidos”. En otras palabras, no se da la caña de pescar ni se enseña a pescar, simplemente se regala el pescado, como se dice popularmente.

Hay quienes tienden a creer que la política social es sinónimo de asistencialismo y consideran, además, que es “obligación” del Estado satisfacer sus necesidades básicas, incluso permanentemente. 

En este sentido, vemos cómo muchas veces se otorgan subsidios a grupos desprotegidos o vulnerables y estos no hacen ningún esfuerzo por cambiar su condición, o desaprovechan las oportunidades de cambio que se les brinda. 

Vemos que muchos trabajadores no ahorran durante su periodo productivo atenidos a que el Estado les brinde asistencia en la edad adulta -aunque hay quienes definitivamente las condiciones no se lo permiten-.

Vemos que el Estado busca crear empoderamiento, brindando becas o asistencias económicas para estudiar (aunque no siempre a quien más lo necesita), pero no son aprovechadas (la educación es considerada un factor importante de movilidad social). Muchos de los becados -en escuelas, colegios y universidades- no se esfuerzan por obtener buenos resultados en sus estudios y llegan, incluso, a abandonarlos en poco tiempo. Posteriormente se les ve exigiendo al Gobierno que atienda sus necesidades.

La política social y la mentalidad de los ticos requieren de una transformación. El Estado debe atender a los grupos necesitados creando empoderamiento (con una gestión eficaz de los recursos y con evaluación de resultados) y no dependencia. Por su parte, no debemos esperar o exigir que el Estado nos atienda nuestras necesidades, debemos luchar por nuestro futuro, siendo autosuficientes, es decir, empoderándonos.

Roxana Morales Ramos
Coordinadora,
Observatorio de la Coyuntura Económica y Social, UNA.


https://www.larepublica.net/app/cms/www/index.php?pk_articulo=533322183

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